11 de julio de 2009

Tic, tac...

Desde que la familia Williams se había mudado al viejo caserón en el que ahora habitaban, su vida la dictaban las manijas de un reloj. Tic, tac, tic, tac… Una absurda maldición.

Cuando llegaron hace veinte años a la casa, se encontraron con un antiquísimo reloj de pie que nacía en la pared del salón, fijo e inamovible, impertérrito ante el paso del tiempo. Ralph era tan sólo un niño, el pequeño de la familia, y desde el principio sintió un inexplicable interés por ese reloj, más aún cuando conoció la leyenda que lo precedía. Los vecinos les contaron que la anterior familia se había marchado por una serie de fatalidades que les habían arruinado la vida, y que se debían a que cuando el reloj se paraba, una desgracia ocurría. Sus dos hermanos y sus padres nunca dieron crédito a la historia, sólo él creía a ciegas en la maldición, pero se consolaba con pensar que mientras las manijas siguieran girando todo iría bien. Pero se detuvieron.

Hace dieciocho años, a la una de la mañana de una noche de invierno, el reloj se paró. Al día siguiente, Ralph fue el primero en descubrirlo, se apresuró a darle cuerda, pero ya era demasiado tarde. Las consecuencias ya habían sucedido. El gato de la familia yacía sin vida sobre el cojín donde solía dormir.
Ocurrió una segunda vez, hace ahora quince años. El tic-tac dejó de sonar, esta vez a las dos de la madrugada. Por la mañana, la desgracia aguardaba a la familia nuevamente, pero en esta ocasión el desenlace había sido más trágico. Su padre había fallecido, nunca se despertó. Murió en la cama, por un supuesto paro cardíaco, pero Ralph estaba seguro de que ése no era el verdadero motivo de su muerte. Intentó convencer a su madre y sus hermanos para que se fueran de ese maldito lugar, pero nadie le hizo caso, porque al fin y al cabo, seguía siendo tan sólo un niño con desbordante imaginación.

Desde la muerte de su padre, Ralph se levantó todos los días a las tres de la madrugada para comprobar las agujas del reloj, pues él no tenía dudas de que sería a esa hora cuando se pararía por tercera vez. Pero durante estos quince últimos años, el tic-tac siguió su curso, y el reloj no se detuvo. Hasta hoy.

La pasada madrugada salió de su cama, como siempre, unos minutos antes de las tres de la mañana, bajó al salón y vio el movimiento de la aguja del minutero, rebasando el número 12. Sonó el tañido que se repite cada hora, y de pronto el reloj se paró. En ese instante, preso del pánico, horrorizado e impotente, Ralph se desplomó.

Al amanecer, se despertó tirado en el suelo
, le dio cuerda al reloj, pero esta vez no se puso en marcha de nuevo. Intentó buscar la consecuencia, la desgracia y el horror, pero no lo encontró. En esta ocasión todo parecía ir bien… Lo que Ralph aún no sabía es que, para él, el tiempo se había detenido para siempre, mientras que en el mundo de los vivostic, tac, tic, tac… seguía la maldición.

27 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Anda!! Mola!! ;) me ha gustado, final inesperado, bueno Yopo!! Ahora cada vez que vaya al a mi salón miraré que el reloj de pared con más años que la tarara no deje de hacer tic tac vaya ser que se muera el gato del vecino. xD
¡Qué chispa!

Fuera bromas, que sí me ha gustado ehhh.

Un besazo, buen fin de semana. :D

bea dijo...

Qué guay! me ha encantado! me recuerda a los típicos cuentos de terror que nos contaban de niños. Pero muy bueno el final!

1beso!

Yopopolin dijo...

Xenia, mejor lo del gato ajeno que no otra cosa peor!! jeje

gracias! seguire escribiendo mas relatos cortos... la verdad es que nunca habia escrito ninguno sobre esta tematica de las maldiciones o genero fantastico en general... o de terror o lo que sea...

aunque me estoy dando cuenta de que todos mis relatos suelen tener un nexo comun: la muerte.

me lo tengo que mirar?? xD

buen finde!!

Andrés dijo...

Tremendo relato, me ha tenido con la intriga hasta el final!

Saludos!!

Yopopolin dijo...

ahh, que os dejo hasta el lunes! nos leemos en un par de dias!! buen finde!!

Sr. D. Javier de García dijo...

mmmmmmhhh... me gustan las maldicionesssss....

Yo pensaba que iba a diñarla toda la familia antes que él!

Shinichi dijo...

Una hiatoria muy chula, me ha gustado, ya podia escribir yo como tu, jeje
ya nos leemos
un abrazo

Unknown dijo...

Bonita historia! :) y gracias por tu comentario.

Besos Yopopolin!

X dijo...

Yo también pensaba que él sería el último en morir, pero así es mucho mejor. :-)

Anónimo dijo...

Uuuuu que relato tan mas genial, estubo increible hasta el final,
me ha gustado demasiado!!!

Claire dijo...

¡Hola! a mi tambien me ha gustado mucho el relato. Ha estado muy bien. Hasta la próxima.

Jose dijo...

Ha estado muy bien! Que sepas que la mayoría de las pelis de supuesto terror/miedo/asco, tienen un argumento mucho peor que el de este relato. Así que ya sabes, véndele los derechos a J.A. Bayona, que lo mismo te hace el próximo "Orfanato"... jaja

Un abrazo!

Superpatata dijo...

Un relato muy bueno. Ese tipo de reloj siempre me ha dado algo de miedo.... ahora más... jeje
Saludos!!

ojos_de_gata dijo...

Me encanta este tipo de historias!!, yo por suerte no tengo este tipo de relojes, pero me pensaré mucho el pasarme por casa de Xenia que tiene uno y me va a dar mal royo, jeje en fin muy muy currado, espero el siguiente.

bss

El extraño desconocido dijo...

Muy bueno, Yopo! Tienes que escribir relatitos más de vez en cuando, que éste lo has bordado.

SAlu2

Lunaria dijo...

Mola la historia. YO tengo uno en el salón, pero es de cuco y pequeñito. El mío afortunadamente no está maldito porque cada dos por tres se me para, y es que se me olvida darle cuerda al pobre.

Yopopolin dijo...

ufff, que de comentarios me he encontrado a mi regreso... voy a leerlos detenidamente e intentare contestaros...

Yopopolin dijo...

Zonzo, lo de que la palme el el ultimo hubiese sido muy de peli americana, eh! poco original...

Shinichi, gracias!! me halagas!!! xDD. tu escribes bien, eh, o que te crees... xD

Laura, gracias a ti!

X, pues ya ves que he aprendido mucho de ti... xDD

Ozmar, que bien tenerte de nuevo por aqui!! gracias!

Claire, hasta la proxima! jeje

Jose, tu comentario siempre tira por la rama cinematografica, no tienes remedio! pues nada intentare venderselo a alguien, a ver si me forro con los derechos... jeje

Superpatata... pues cuidadin, que nunca se sabe! jeje

Ojos de gata, asi Xenia y tu os acordareis de mi cada vez que lo veais... pero para mal o para bien? jeje

Extraño desconocido, que Don guay me diga que lo he bordado, es todo un honor!! jeje. Me pondre a escribir mas amenudo...

Lunaria, pues los relojes de cucu, tambien dan bastante mal rollo, para que engañarnos... xDD

Muchas gracias a todos/as por vuestros comentarios!
Nos leemos!

La Pequeña Candi dijo...

Joé, parece un cuento de esos de "Historias de la Cripta"... me gusta, me gusta...
Besotes!

Zayi Hernández dijo...

sólo le falta un cuervo que diga...nunca más...nunca más...
perfecto!
besitos.

Sandra dijo...

Plas plas plas... peazo relato, genial, me ha encantado. Lo q no entiendo es porque no tiraron el reloj a tomar por saco?.. bueno claro porque nadie creia en la maldición, ays incredulos!.

Besos.

Yopopolin dijo...

si es que en esta vida hay que creer... qu emuchas veces nos pasan las cosas por ser de los que "si no lo veo, no lo creo" si o no??

en fin, chicas... gracias, gracias, gracias!

Anónimo dijo...

Me ha encantado el relato. Creo que hay algo escrito sobre la obsesión de que el tiempo lo marca el reloj, en lugar del proceso inverso.
Por otra parte, muy bien narrado.
He disfrutado con la lectura.
Besos.

2SOLESMUSICA dijo...

Una maldición qué interesante... y ya ves... al final todos estamos malditos... porque el reloj sigue sonando... enos mal que es digital porque no podría dormir... eso es otra maldición.

Eva dijo...

He encontrado uno de los blogs más interesantes que había leído nunca. Quizás es que yo también soy de León, y al verte, y comprobar que somos paisanos, me haya interesado más por tí, pero francamente me has encantado.

Tienes una sensibilidad, una frescura, un humor sencillo y eficaz apabullante! Me he leído muchas de tus entradas del tirón, y combinas magistralmente perfectos relatos como éste, con reflexiones sobre el amor, la vida y la mente humana. Me has hecho reír a carcajadas en el rato que llevo leyéndote, me has hecho pensar, y disfrutar a partes iguales. Me he sentido identificada contigo en muchísimos aspectos de la vida, somos muy iguales! Me he aficionado a los puntos suspensivos desde este preciso instante.

Francamente no sé que más decirte. Quizás me estoy extendiendo demasiado en esto de los comentarios, porque yo no suelo hacerlo en algunos blogs que visito, pero contigo hago la excepción. Ya te he añadido a favoritos, y tienes una nueva y fiel seguidora.

Tienes que ser una gran persona para poder escribir lo que escribes, para pensar como piensas, para reírte de tí mismo, y encontrar la belleza en cada palabra que tecleas.

Volveré por aquí, te lo aseguro.
Besos.

Yopopolin dijo...

Uf, Eva, no se que decir... encantadisimo de que te pases por aqui...

Creo que son las palabras mas bonitas que alguien puede decir de un bloguer, la verdad es que casi me has ruborizado! xD

Siempre seras bienvenida, y mas siendo mi paisana, que no abundan precisamente por aqui.

Muchas gracias por tus hermosas palabras de verdad!