16 de enero de 2012

Je veux...

...beaucoup de choses!

Sí, querría muchas cosas en esta vida... ser más feliz, tener un trabajo, un sueño definido, dinero, viajar más, tal vez encontrar el amor, no sé, no me puedo quejar, pero he de reconocer que se me ocurren muchas cosas para pedir, muchas cosas que deseo tener de un modo u otro. Entre ellas, deseo tener más tiempo para mí. Resulta paradójico, ahora que no tengo demasiadas tareas, que no encuentre huecos para mí, para mis aficiones, para el blog, para todas esas cosas que juré que haría cuando terminara de estudiar...

Una vez he soltado la reflexión en voz alta del día, vamos al lío. Todo esto no es más que una introducción a la canción que os quería presentar hoy. Me lleva persiguiendo varios días, la he escuchado dos veces en la televisión, en un reportaje de los Globos de oro, en un anuncio, en el hilo musical de una tienda, hasta que por fin la he descubierto en el perfil de una red social de alguien que tiene muy buena maña con la cocina. Os dejo con Zaz, su dulce y rasgada voz francesa, y este temazo que seguro que se convierte en historia de la música.

1 de enero de 2012

Cuatro años de vida

Queda muy lejano aquel uno de enero de 2008 en el que por un impulso desconocido decidí crear este blog. Fue una historia extraña, y adquirí el nombre de Yopopolin, por la inercia misma del universo. Las teclas escribieron solas lo que ya llevaban acariciando mis dedos muchas otras veces. Cuando no era "yopoplin" era "yopolim" lo que escribía al azar. Una palabra sin significado, pero única y reconocible en todo Internet. Sin una larga historia detrás, simplemente Yopopolin, porque tenía que llamarse así, porque no podía ser casualidad que las letras siempre construyeran ese vocablo sin sentido. Así nació mi nombre. Y así nació el blog.

Y creció. Lento pero seguro durante el primer año de vida, y exponencialmente en los dos años siguientes cuando creo que se vivió el auténtico boom de los blogs. Aún no conocían mejores tiempos las redes sociales, empezaban a despuntar, y toda la actividad se centraban en estos diarios de vida que muchos de nosotros todavía conservamos. Cumplimos dos, tres y, hoy, cuatro años. Quizás no somos los mismos, quizás no estamos todos los que éramos, pero muchos de nosotros nos resistimos a abandonar este barco que tantas alegrías nos ha dado. Por muchos caralibros que nos acechen por la espalda, y algunos pajaritos que no dejan de piar con su inigualable oferta de 140 caracteres.

Hay que asumirlo, la blogosfera no es lo que era. Y no es sólo un pareado, es una realidad. No es lo mismo escribir para cientos de personas que están ahí, que interactúan contigo, que se preocupan por ti y se interesan por lo que escribes; que hacerlo sólo para unos pocos, los más fieles, los más cercanos. No es lo mismo sentirte en un mundo paralelo cada vez que posteas un artículo, que sentirte en un desierto en el que tan sólo se oye el piar lejano de los cada vez más numerosos pajaritos...

Esto no es un adiós, es una más de las cientos de reflexiones de este blog. Una más de las emociones y sentimientos que me siguen adsorbiendo a la pantalla y al blog, para no despegarme jamás. Es tan sólo uno más de los cuatro cumpleaños que ha celebrado Yopopolin & reflections. Es una manera más de dar las gracias y expresar cuánto significáis para mí. Cuatro años con vosotros, que espero que se conviertan en muchos más.

Gracias.