31 de agosto de 2010

Mi banda sonora del verano

Para casi todo el mundo se acaban las vacaciones, se escapa el verano. Y para mi, aunque no oficialmente, es terminar agosto y dar por sentado que la época estival llega a su fin. De hecho, desgraciadamente ya me encuentro estudiando, signo inequívoco del adiós al verano...

Durante este mes os he hablado de las canciones del verano, un tema que no había tratado antes en el blog, no por falta de oportunidades. Pero hoy quería hablar de otro tipo de música, esa que de un modo u otro marca nuestros días. Cuando recordamos un momento de nuestra vida, un viaje, unos días de descanso, una navidad o un cumpleaños... siempre suele estar acompañado por una banda sonora. Me refiero a una canción que se asocia irremediablemente a esos recuerdos o a ese momento de tu vida.

El caso es que a mí, en esta época, es cuando más inevitable se me hace lo de tener banda sonora... Recuerdo el verano de 2001 en el que “Cómo hablar” de Amaral lo significó todo; o sin ir más lejos, el año pasado, cuando por estas mismas fechas ya os comentaba que “I´m yours” de Jason Mraz, se había convertido en la melodía oficial. Pues bien, este año, pese a que he bailado mucho con el “Waka waka”, sin duda la banda sonora de mis recientes vacaciones es ésta:




Sí, “Hey, soul sister” de Train, es la B.S.O de la película de mis vacaciones, por muchos y variados motivos me ha acompañado durante todo este mes de agosto, el cual siempre recordaré mientras canturreo este tema...
Y para vosotros, ¿cuál ha sido la banda sonora del verano?

27 de agosto de 2010

Disappointed

Albergo una inexplicable mezcla de emociones encontradas. La que más peso tiene ahora mismo, es la triste y oscura decepción. Se encuentra acompañada por el cariño, la amistad, y la simpatía hacia una persona por la que ahora mismo sólo siento eso. Decepción.

Importante es saber que esta entrada la escribo en caliente. En el momento en que me he enterado de algo que me ha decepcionado por su parte. Lo típico que no te esperas, precisamente de ése o de aquella. En este caso es algo que he sabido por terceras personas, que no puedo contarle a la persona que me decepciona, y la cual delante de mí niega o camufla este hecho. Y ahora sé que es verdad. Lo he visto con mis propios ojos.

¿Cómo se afronta esta situación? No puedo cortar la relación de buenas a primeras, puesto que supuestamente no sé nada, no puedo saberlo. Decirlo, o actuar de otro modo, me delataría e implicaría a las terceras personas en cuestión, y no quiero. Pero, evidentemente, no va a seguir todo como hasta ahora. Creo que se trata de uno de esos consabidos puntos de inflexión.

Pese a todo, sigo pensando que es alguien que en el fondo merece la pena. Es cierto que ya ha descubierto, en otras ocasiones, esa doble cara que antes tan solo intuía, y que ahora me he topado de lleno.
El hecho en sí no es nada trascendental. No va más allá de los dimes y diretes, pero por otro lado no deja de ser una mentira que implica consecuencias, la muestra de su egoísmo injustificado, y la sensación de que en algún momento, a lo largo de este tiempo, me ha utilizado. Y sí, creo que eso es precisamente lo que más me molesta.

Decepcionado y cabreado, dos por el precio de uno.

25 de agosto de 2010

Clouds

Cuando era pequeño, con diez u once años, me inventé una canción. En aquella época, la vena artística despertaba en mi interior, entiéndase como tal la única que he cultivado con los años, es decir, la escritura. Fue entonces cuando comencé a escribir mis primeros poemas, de esos que da vergüenza releer hoy en día, o cuando escribí mi primera historia, una de aventuras, de un grupo de niños que descubrían a unos mafiosos.

Y también fue en aquellos tiempos, cuando por primera y única vez en mi vida, exploté mi faceta de compositor. Un día se me clavó una melodía en la cabeza, y decidí hacer unas estrofas para esa música que no dejaba de tararear. Lo hice con un teclado que me habían regalado para la comunión unos años atrás. Sin ningún conocimiento musical, resultó una ardua tarea la de ir probando notas, hasta conseguir escribir en una partitura la melodía que sonaba en mi mente. Primer reto conseguido.

Una vez hecho esto, me puse a escribir. Fue fácil, igual que vino la música, llegó la letra de la canción, una tarde de verano mientras miraba al cielo. El estribillo decía así:

Como nubes que pasarán, todo vuelve...
Como nubes que pasarán, nada acaba...
Como nubes que pasan...

Como veis tenía mucha miga la cosa... xD. La canción se titulaba “Como nubes que pasan”, y aún hoy recuerdo perfectamente la melodía y el estribillo. Escribí también un par de estrofas, que en alguna vieja hoja de papel deben de sobrevivir...
Estuve semanas cantando mi canción todo el día. Allá donde iba, con el estribillo en la boca. Mi madre, la pobre, terminó odiando la cancioncilla de marras, de tanto que me la oía.

Y esta escena de mi más tierna infancia, que se quedo ahí, en una mera anécdota, volvió a florecer hace escasos días. Estos recuerdos, acompañados de una sonrisa, me sorprendieron mirando al cielo de nuevo, una tarde de verano, unos cuantos años después, cuando disfruté viendo esto:

Es increíble como asocia ideas la mente humana. Como un olor, un atardecer, o unas cuantas nubes, despiertan recuerdos y sentimientos que permanecían dormidos en un rincón de la memoria.

22 de agosto de 2010

Batallas y momentos

Lo de hoy es una metaentrada. Un post que va más allá, como una de esas muñecas rusas que dentro esconden más. Lo de hoy es una recomendación en una recomendación. Lo de hoy es otro blog, uno que me encanta. Batallas y momentos, el blog más abierto que conozco, donde siempre encontrareis algo interesante escrito por Luna Mendez, Aprilis, o cualquiera que desee participar.

¿Y qué hay en Batallas y momentos? Pues cultura. Así, con todas las letras. Reseñas de música, conciertos. Criticas de películas, o literatura. Siempre desde el prisma ameno y divertido que caracteriza a estos dos cracks de la comunicación, y a sus fieles colaboradores, que saben elegirlos muy bien (xDD). Venga va, sí, me incluyo entre ellos...

Personalmente, hacía tiempo que quería colaborar en ese santo blog, tan bien proyectado, diseñado y realizado (basta de peloteo... xD) por mis amigos Luna Méndez (a.k.a Ankara) mi asturiana favorita, y por Aprilis, el canario de mejor gusto musical. Pero por falta de tiempo, por pillarme en plenos exámenes, y luego en vacaciones, se ha ido posponiendo. Hasta hoy. Cuando ha llegado el momento de aportar mi pequeño granito de arena...

Le estuve dando vueltas, y como no tenía ningún concierto a la vista, decidí hablar de Saramago, y de buen cine. Dos por el precio de uno, oiga! De Ensayo sobre la ceguera, y de la película basada en ella, Blindness. Una doble recomendación que seguro os gustará. Así que, si no conocéis Batallas y momentos, desde aquí os invito a hacerlo. Seguro que va directo a vuestros blogrolls!

18 de agosto de 2010

De fiestas populares...

No existe mejor fecha para hablar de este tema que ahora, poco después del día de mayor concentración de festividades, ese 15 de agosto en el que media España tiene algo que celebrar: Ferias, fiestas o verbenas de lo más tradicional, y de ellas venía a hablar...

¿Qué sería de mi verano sin estas celebraciones? En mi descanso vacacional no pueden faltar las fiestas populares, con todos sus tópicos y tradiciones. Inolvidables son esas verbenas de los pueblos, o esas orquestas que recorren España amenizando las noches de verano, poniendo a bailar cumbias y pasodobles a los personajes más variopintos.

Y después de los bailes, las no menos típicas sopas de ajo! Al menos por aquí por el norte, no hay fiesta que se precie sin sus sopas de ajo. Algunos ni siquiera llegarán a tomarlas, porque terminan por los suelos mucho antes. Otros prolongan la noche hasta el mediodía, tras la no menos tradicional chocolatada.
Y así, noche tras noche, porque en cada una de las madrugadas del verano seguro que una fiesta se celebra en algún rincón del país.

¿A cuento de qué viene esto? Pues porque así, entre fiestas y verbenas, han sido mis últimos días de vacaciones. Y hoy quizás sea la verbena definitiva, el broche de oro a un mes de agosto que yo casi doy por finalizado. Porque tras este fin de fiesta, (popular, xD) mi descanso veraniego se termina, y volveré a mi casa, a mi blog, a mi hogar... para quedarme, y una vez más, para estudiar.
Agosto va pasando. Septiembre está a la vuelta de la esquina.

14 de agosto de 2010

Hablando claro...

No hay que confundirlo con la mala educación. Ni con la sinceridad extrema. Hablar claro es decir las cosas tal y como son, pero de una manera correcta y directa. A muchos les parecerá un poco contradictorio, y pueden llevar parte de razón... pero se puede conseguir, no sin esfuerzo, claro.

En mi caso, a lo largo de los años he perfeccionado un lenguaje intermedio. Sin la brusquedad del que dice todo lo que le pasa por la cabeza, sin rozar la mala educación de los que llevan la sinceridad por bandera, pero tampoco escogiendo las palabras, ni yendo por las ramas, para terminar diciendo suavemente algo muy considerado, pero totalmente falso.

La sinceridad está sobrevalorada. Yo exijo sinceridad en las cosas importantes, pero en el día a día no, gracias. No me gusta la gente que va por ahí diciendo que lo dice todo en la cara. Redundancia y mala educación es lo que es. Yo no quiero que suelten en mi cara todo lo que piensan de mí, de mis actitudes o actuaciones. Si así fuera, seguro que la mayoría de nosotros nos sumiríamos en una oscura depresión. Por ello, muchas veces es mejor maquillar una opinión, sin falsearla. O si no callar. Mejor el silencio, que romperlo sino es para mejorarlo.

En el punto medio está la virtud. Sinceridad desmedida ni para el peor de mis enemigos. Pero la falsedad y la hipocresía también la detesto. ¿Qué hacer? ¿Cómo actuar entonces? Pues tratando de decir lo que piensas pero de forma delicada, evitando herir a las personas con tus opiniones y comentarios. Así de simple y así de difícil al mismo tiempo.

Me ha salido una entrada muy instructiva, lo que no era mi intención inicial. Pero ya que estamos, os voy a dejar el mejor ejemplo de lo que os comentaba: Un video de cómo hay que hablar claro, y decir lo que piensas sin herir a nadie... o casi... xD

10 de agosto de 2010

Tu ombligo...


Tu ombligo. Debilidad por el único recuerdo del nacer. ¿Fetichista? Puede ser. El mayor símbolo de la vida, el punto de equilibrio del cuerpo. Así lo veo yo, una costura insignificante, pero el mayor de los hallazgos bajo el ropaje.

Tu ombligo. Omnipresente en mi cabeza, el ojo que todo lo ve. Cicatriz maravillosa sin utilidad alguna. Espera, quizás sí... se me ocurre algo que podemos hacer...

Tu ombligo. Cada instante sumergido en él, en ese foco donde germinaron nuestras vidas. Resulta la señal inequívoca de que vamos por el buen camino. De que la meta está cerca.

Tu ombligo. Perdiendo la cabeza bajo tu camiseta. Siguiendo líneas y sombras que irremediablemente me llevan a él. Palmo a palmo tu epidermis. Mi mano alcanza tu vientre. Palpitas. Rumbo al sur, pongo la quinta.

Tu ombligo. El centro de la cordura asediado por mis dedos, las huellas de locura que permanecen al hacer circulitos en tu piel. Noto el vello embravecido. Sin querer, escalofríos. Y mis manos, aún sedientas, beben de tus labios otra vez...

7 de agosto de 2010

La canción del verano

Es un tópico, pero es real. Todos los años tenemos que soportar las mismas cantinelas, y es que la mayoría de estos éxitos veraniegos suenan sospechosamente parecido. Ritmo pachanguero, letra facilona, y un bailecito para acompañar, y ya está, un nuevo éxito estival. Eso es lo que ha venido sucediendo a lo largo de los años, hasta el punto de que cualquier atisbo de originalidad o cambio de esquema, era enviado directamente al olvido y no se oficializaba como hit del verano.

Pero este año, yo creo que la cosa cambia... Hay tres temas un poco distintos a lo que vienen siendo las canciones de verano de toda la vida, que se están rifando el boleto de ganador, cuatro si incluimos el exitazo de turno de nuestra querida Lady gaga, en este caso Alejandro, Fernando, Roberto, o como quiera que se llame el fulano... Pero me voy a quedar sólo con tres, que la Gaga ya lo ha petado todo...

Esto de oficializar un himno estival es muy difícil por la subjetividad que conlleva. Si os pregunto a bote pronto cuál es la canción del verano, seguro que una de las primeras que os viene al la mente es el “Waka waka” de Shakira. Es lo que tiene oírla hasta la saciedad en cualquier lugar y momento. Y más con el mundial, que nos la metieron por los ojos cosa mala. Esa es la primera de las tres opciones que barajo...

La segunda es el “We no speak americano”, conocida mundialmente como el “panamericano”. Mítica canción reinventada para la ocasión de la mejor manera posible, y que para muchos es la que merece ser reconocida como el temazo de este verano.

Por último, tenemos “Stereo love”, personalmente la que más me gusta de las tres como tema veraniego, la que más me hace bailar, la que lo tiene todo para convertirse en la canción estrella de la temporada, si es que no lo es ya... Además, el video no podía ser más acorde con la época. Así que, a bailar! Que para eso están... xD

4 de agosto de 2010

De maletas...


El eterno problema! Poco a poco voy cogiendo experiencia en esto de hacer maletas, pero he de reconocer que soy propenso a llevar más de lo que necesito. El “por si acaso” siempre está muy presente en mi equipaje... xD. Pero me voy controlando...

El caso es que además, ahora, en estos tiempos modernos que corren, como diría mi abuela, llevamos una cantidad de basura tecnológica impresionante. Me acabo de dar cuenta recién empaquetado todo, y me he asustado, porque verdaderamente, aunque sea sólo para unos días, no puedo vivir sin todo ello! A saber: Cámara de fotos (para ser más exactos dos cámaras) y sus correspondientes baterías y cargadores. Teléfono móvil, y el cargador. Portátil, batería, cable de conexión a la red, mini ratón, pendrives, tarjetas de memoria...Y espera, espera, que no acabo! Pilas de repuesto, por si acaso se necesitan, y recargables por supuesto, así que... cargador. Reproductor de música, porque qué es un verano sin música, de nuevo otro cargador... Mete tú todo esto en la maleta, y ya la tienes casi llena! Increíble pero cierto.

Tras percatarme de este problema de dependencia, por no llamarlo de otro modo, llegué a la conclusión de que tenía que aligerar peso... La única solución fue prescindir de algunos “porsiacasos” de ropa y zapatos. Los cachivaches tecnológicos se vienen conmigo. Faltaría mas! ¿Cómo voy a fotografiar mis vacaciones si no? ¿O cómo me voy a relajar sin mi música favorita? ¿Qué voy a hacer sin mi ordenador? Intentaré olvidarme de la civilización, pese a llevarla en la maleta...

P.D: También he metido un par de libros... Hasta que me compre el eBook, claro... xD