La pregunta del millón...

Que bien podría ser ésta: ¿Cuál es la película más espectacular del año?

A: El curioso caso de Benjamin Button
B: Revolutionary road
C: The reader
D: Slumdog millionaire

Yopopolin ha contestado la D, y la respuesta correcta es… que sin lugar a dudas, Slumdog millionaire lo es.

Slumdog millionaire no me ha decepcionado. Es diferente, no me esperaba para nada, lo que vieron mis ojos ayer. No es que sea ni la mejor, ni la más brillante obra del cine reciente. Pero sí la película más espectacular, sorprendente y mágica que he visto en mucho tiempo. Tiene una belleza exótica indescriptible. Llena de matices, y con un toque especial que hipnotiza y acaba entrando de lleno en el corazón del espectador. Así que, desde ya, le otorgo un 9, y os explico porqué.

La historia se centra en Jamal, un joven de los suburbios de Bombay que concursa en el conocido programa ¿Quién quiere ser millonario?. Al chico parece que se le da bien eso de acertar, pero como es un pobre diablo, enseguida la sombra de la trampa se cierne sobre él. ¿Le cambiará la vida a Jamal su participación en el programa? ¿Conseguirá ser millonario?

Slumdog millionaire, me ha encantado, sobre todo por su originalidad. Cuando la veáis os podrá gustar más o menos, pero disfrutaréis de algo distinto y fresco. La película tiene una estructura narrativa muy poco común, abarca tres líneas temporales a la vez, cruzadas con maestría. Se nos presenta a Jamal concursando, mientras que hacemos un repaso a su vida, y al mismo tiempo intentamos averiguar qué paso después del concurso, y cómo ha llegado a la situación con la que arranca el film.
Se pueden decir muchas cosas de Slumdog, pero lo que mejor la describe es que es bella, es una película hermosa, pobre en recursos y muy rica en matices. Con una portentosa fotografía anaranjada, es la mejor manera de presentarnos a una India bulliciosa, que se está convirtiendo en el centro del mundo. Con un ritmo vertiginoso, Slumdog millionaire es un mosaico de escenas, combinadas con una precisión de orfebre. Un amalgama de colores, sabores y esencias, un film optimista, vital, frenético, que nos lleva por cada rincón de la ciudad hasta un clímax final, tan bien resuelto, que en ese momento viendo la película, pensé: “Ésto es historia viva del cine”. Con este clímax final, me refiero a la historia de los dos hermanos, que acaba en una agitada secuencia de imágenes, que me sobrecogió.

Y vamos con The reader, otra que me gustó mucho, pero que no me sorprendió tanto como Slumdog. A The reader le voy a dar un 8, aunque Kate Winslet está de 10. Pasamos del ritmo vertiginoso y del torbellino de sensaciones de Boyle, a una historia de redención, delicada y reflexiva, que de lo sencilla que es, resulta conmovedora.

El lector comienza cuando un chico de 15 años cae enfermo en plena calle, y es ayudado por Hanna, hasta entonces una desconocida para él. Tras recuperarse de la enfermedad, se reencuentran, y comienzan un idilio, a pesar de que ella le dobla la edad. Poco después ella desaparece, hasta que transcurridos los años, se vuelven a reencontrar, pero no de la mejor manera posible… En un tribunal, donde se está juzgando a colaboradores de la Alemania Nazi.

La película me gustó, pero le falta algo… Tiene un ritmo irregular, que hace que en algunos momentos parezca no avanzar la trama… La primera parte del film, parece una película distinta a lo que se puede ver más adelante. Todo cobra sentido, en un final esperado, pero no por ello menos impactante. Nos deja momentos de gran nivel, escenas para el recuerdo, silencios que duelen, que traspasan la pantalla… pero sobre todo nos deja una de las interpretaciones más complejas y mejor resueltas de los últimos tiempos: una Kate Winslet en estado de gracia. Esta mujer se come la pantalla a bocados. Asume las distintas etapas de la vida de Hanna y las lleva a unos niveles interpretativos insospechados. La brillante historia, luce mucho más, gracias a la mejor actriz del 2008, que ha confirmado su talento una y otra vez, y que si hay justicia divina, el domingo logrará su primer Oscar.

En definitiva, tras el visionado de estos dos films, me quedo con Slumdog millionaire, como opción perfecta para arrasar en los premios de la academia. No es una obra maestra, pero sí es una película redonda. Y sobre todo, la ensalzo por las sensaciones que sus imágenes, su música, su ritmo… produjeron en mí. Y The reader, pues destaco la conmovedora historia que nos ofrece, y la mejor interpretación del año.
Así que ambas, altamente recomendables… Nos vemos en la alfombra roja.