4 de marzo de 2008

Con el casco al fin del mundo...

Hoy, una vez más, la clase de economía ha servido para algo más que para dormirnos, y la conclusión a la que ha llegado mi profesor el solito, es la siguiente: “Hoy en día hay que ir con el casco puesto a todos los sitios” (incluso a Vitigudino de abajo… no me hagáis caso, cosas mías…) Y dice casco el muy cachondo, por no decir otra cosa…
A estas alturas, os preguntaréis que significa todo ésto. Yo os lo explico.

Resulta que salió el tema en clase (no me preguntéis cómo, ni porqué) de las dos lesbianas que se inseminaron con esperma de un “amigo” (lo pongo entre comillas porque yo no las consideraría muy amigas…) al que luego le obligaron a pagar la manutención de la supuesta hija de ambas. ¿Qué os parece? A mi muy fuerte.

El pobre hombre es un bombero británico, que aceptó hace cinco años ayudar a una pareja de lesbianas a tener un hijo donándoles semen. Ahora, cuando el amor entre ellas se ha acabado (será de tanto usarlo) las dos madres parece que se quieren desentender de la pequeña; una de ellas ha desaparecido de escena, y la madre biológica necesita ayuda económica, porque claro, un hijo supone muchos gastos... Por ello la Administración ha decidido que el padre biológico debe asumir parte de la manutención, sin comerlo ni beberlo…
El problema de este hombre, es que les cedió sus bichitos a unas amigas, y no actuó ninguna agencia de donación, por lo que es su palabra contra la de las madres, ya que él afirma que siempre quedó claro que no tendría ninguna responsabilidad, y que las madres legales serían ellas. Es lo que tiene el no tener ningún papel que certifique su versión. Su situación, es también consecuencia de un agujero legal existente en Reino Unido, ya que la ley actual no reconoce como padres conjuntamente a dos integrantes de una pareja del mismo sexo. Ya se sabe como son estas cosas…

En resumen, que a mí me parece muy triste todo ésto, y la que va a pagar los platos rotos siempre es la misma: la niña (y no la de Rajoy…) El bombero pecó de inocente, y aquí están las consecuencias: Ahora se tendrá que hacer cargo de una niña a la que apenas conoce, por la jugarreta de dos madres irresponsables, y egoístas.

Si es que… tenía razón mi profe: Hoy en día, con el casco al fin del mundo…

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