Llegó el fin

Tres palabras que definen la tan ansiada situación en la que me encuentro. Creo que no es necesario decir nada más, pero por si alguien no se ha dado cuenta: sí!! He acabado los exámenes!! Por fin llegó el fin!!

Dejadme que me regodee en esta redundancia maravillosa…

Se acabó… y ya era hora, pensaréis algunos… pues sí... Porque llevo ya unas cuantas semanas asqueado con tal despropósito inventado por algún perverso profesor, que no se le ocurrió otra cosa que comprobar si enseñaba bien con semejante arma de doble filo llamada examen. ¿Pero no hay otra manera de verificar conocimientos? Parece ser que no, o al menos, no tan efectiva como para mantener un número de suspensos adecuado, de los que alimentar a la universidad pública… pero que otra cosa podemos hacer que no sea hacerlos… (Como me gustan los pleonasmos, rozo la obsesión…)

Ahora es el momento de no dar palo al agua, como ya viene siendo habitual… La fase post-examenil, es de siestas (hoy ya he comenzado a gestionar ese tema) fiestas, dormir hasta las tantas, (aunque por poco tiempo) viajes (pronto alguno caerá) cine, y cafés pendientes… mientras el goteo de notas incesante decide nuestro porvenir. Todo ésto, mientras me tomo un descanso, que creo, me merezco…