23 de noviembre de 2008

Ángel caído

No soy un Ángel, aunque siempre me han llamado así. Y a mis 37 años, no tengo nada más en la vida que no sea a ti, no tengo ninguna aspiración, nada más que hacer que no sea vivir encerrado en esta habitación.
Como bien sabes, no soy un triunfador, nada más lejos de la realidad, soy todo lo contrario, desde aquel día en que no sonó el despertador…Y aunque todo ésto ya lo conoces, te voy a contar mi relato de supervivencia, quiero que sepas como yo lo viví, como he llegado hasta aquí. Te voy a contar mi historia, la de una vida sin vida, la de un hombre sin destino, la de una persona sin sentido, la historia, de un ángel caído.

Todo empezó aquel día de verano de hace 20 años, en el que mi vida cambió. Seguro que lo recuerdas como si fuera hoy. Hasta entonces, yo era un chico modelo: buen estudiante, educado y respetuoso, todo lo que una madre podía desear. Nuestra familia no era ejemplar, pero sabes que siempre nos quisimos mucho, a nuestra manera. Nunca ha sido fácil ser el mayor de cuatro hermanos, y más si todo lo que te rodea son mujeres… era un caos vivir con tres hermanas, con el eterno anhelo de una figura paterna, y cuidando de las niñas hasta que estuvieron creciditas. Pero llegó un día, en que todo lo de mi alrededor me dio igual.

Ese fatídico día no me desperté. Para mí, era el día en que comenzaría a realizar mis sueños. Me tenía que levantar muy temprano, para llegar puntual a mi cita. Pero el despertador no sonó nunca. Ese fue el comienzo del fin, de nuestro fin.
Cuando abrí los ojos, bien entrada la mañana, pensé que era una pesadilla, pero no, el tiempo había pasado y yo seguía en la cama, ¡ni siquiera mi madre me había despertado! pensaba yo… el día más importante de mi vida… Y no pude presentarme a mi cita. Y jamás lo haría… Había perdido mi oportunidad, y había dejado escapar el momento de hacer la selectividad.
Aquel día de junio maldije todo lo habido y por haber: al despertador, al sueño, a los nervios, incluso te maldije a ti, mamá, en la que siempre había confiado, y que ahí me fallaste, o al menos eso es lo que pensé en aquel momento.
Desde ese día nada fue igual. Tú y yo apenas hablábamos, ambos sabíamos que había ocurrido algo inexplicable entre nosotros, la pérdida del vínculo que nos unía, y que ya no estaba… Dejamos de lado las frases para pasar a los monosílabos… Y así, desde ese día, nunca volvió a ser lo mismo.

Ese año pasó en blanco, sin nada que hacer, sin nada que decir. Mi habitación se convirtió en un fuerte del que no quería salir. Pasaba noches llorando, sin saber exactamente porqué, supongo que por aquel día en que todo se truncó, por los días que le siguieron, porque no hablaba con nadie, y porque veía que todos cumplían sus sueños menos yo.
Se convirtió en rutina, el salir de mi habitación cuando la casa estaba vacía, y cuando había gente me sumía en mis lecturas, mi música, mi cama, mis cuatro paredes.
Llegó junio de nuevo, y otra oportunidad de hacer la selectividad pasó, como un año atrás, y como en septiembre anterior. Hice oídos sordos a unos consejos que no quería, y ni siquiera me planteé retomar los estudios para esta vez intentar cumplir mis sueños. Todo eso fue culpa mía, yo ya no quería seguir adelante con nada, porque la mejor oportunidad la había dejado pasar, y en el fondo pensaba que no me merecía otra.

Y lo demás fue rodado. El encierro fue progresivo, cada vez más radical. Los años pasaban entre las paredes de mi cuarto, las canas empezaban a aparecer, y las arrugas alrededor de mis ojos delataban el paso de un tiempo no vivido. Estaba ya en la treintena, sin apenas saber nada del exterior. Aislado del mundo, viviendo en el mío, y sin que nadie pudiese hacer nada para convencerme de que ésto no era una vida, sino una muerte… Sin que ni siquiera tú, mamá, pudieras sacarme de aquí, aunque lo intentaras…
Llegué a extremos insospechados incluso para mí. Jamás pensé que un simple despertador, me llevara a aquella situación. Dejé de lado a la gente que me quería. Olvidé a mi familia, en una época en la que sólo el tabaco y las pastillas me hacían perder la conciencia de todo, y me ayudaban a soportar mi miserable vida.
Y lo siento, siento todo lo que os he hecho sufrir. Siento no haber sido el buen hijo que todo el mundo decía que sería, siento no haber sido un buen hermano. Mis hermanas se casaron y yo no asistí. Mis hermanas me hablaron, y yo no respondí. Todos intentasteis ayudarme y yo no me dejé. Lo siento.
Pude hacerlo de otra manera, pero no quise. Pudo no afectarme tanto la caída, pude levantarme y seguir, pero yo no lo hice. Tuve miedo de la gente y no lo afronté. Fue más cómodo quedarme en la penumbra y ocultarme como una rata en la alcantarilla. Lo siento, nunca he merecido vuestro cariño, vuestro amor.

Y después de todo ésto llegamos al día de hoy, 23 de noviembre, día en el que estoy aquí escribiéndote mi historia. Y hoy decidí hacer algo por mi vida, decidí dar el primer paso para cambiarlo todo, y es contarte lo que sufrí, mostrarte lo que sentí. Perdóname, mamá.
Esta carta es para ti. Para quien me dio la vida, para quien vio como yo mismo la desperdiciaba, para quien intentó hacerlo todo y no consiguió nada. Para ti mamá, porque aunque ese día no me despertaras, he sido yo el que se ha dormido en la nada, el que no ha querido salir de este pozo que le ahogaba. Tan sólo yo mamá.
Aquí te dejo mi carta, mi historia, mi vida, tal y como no la quise vivir, desde el punto de vista de este hombre perdido, desde la mirada de este ángel caído.
Me voy, pero antes quería pedirte perdón y explicarte porque hice lo que hice. Es hora de hacer algo por mi vida, y cambiar la tuya, apartándote de este sufrimiento que comenzó aquel día.
Hasta siempre mamá. Te quiero.


Ángel metió la carta en un sobre. La dejó sobre la cama, al lado de una foto de la que siempre ha sido su familia. Abrió la ventana, y Ángel se lanzó al vacío. Intentó desplegar sus alas, pero en el fondo él sabía que no era un ángel, aunque siempre le hubieran llamado así.

Esta historia está inspirada en hechos reales.
Espero que el verdadero Ángel nunca acabe así.

19 comentarios:

Sandra dijo...

Hombre, algo mas q el hecho de no sonarle el despertador tuvo q pasarle, y algo fuerte para tomar la decisión de esa vida sin vivir...

Pero bueno, es su vida y cada uno decide como vivirla.

Un besete yo po po po tac tac ;)

Yopopolin dijo...

esta claro que estas cosas dependen de uno mismo, de tu capacidad para responder, y del modo en que ves la vida... pero te puedo asegurar, que sucedios asi. La persona de la que hablo tomo la decision de enterrarse en vida el dia en que no sono el despertador para ir a los examenes de selectividad... lo que puede cambiar la vida, un hecho insignificante...

besets!!

Anónimo dijo...

¡¡Buff!! Sabes, yo como lectora me meto de lleno en el texto cuando leo y ¡madre mía! que mal lo he pasado, por el ángel, y como madre que soy, por esa madre, cuánto dolor.
Si el relato está inspirado en hechos reales. ¡Vaya tela!
Sólo desear suerte a ese "ángel" ,para que salga del pozo y vuelva a la vida.
Besos.

Mártir dijo...

Los estudios no traen nada bueno, de todos modos cuesta creer que es verdad...¿de donde sacaste este escrito?....un saludo desde el Sur del Sur...

X dijo...

Maravilloso. Una de las situaciones más desagradables de esta vida es debatirse entre al amor por quien te dio la vida y la impotencia, la rabia y el enfado por cuando te falló. Y cuanto más la odias más te odias y desearías de verdad poder volver atrás, para que no te fallara y para no tener esos sentimientos que te consumen el alma.

Esther dijo...

Qué rabia que por no sonar el despertador no pudiera ir a cumplir su sueño de ir a la selectividad.. Aunque nunca se sabe si la hubiera aprobado o no ,pero claro perdió la oportunidad de demostrarlo...

Lo que me da pena es que se rindiera así ante la vida,pues esta siempre da nuevas oportunidades y seguro que si hubiera abierto los ojos al mundo hubiera encontrado otra oportunidad de demostrar su valía y ser feliz..

Pena también que no tuviera alas y salvarse de ese salto mortal..

besos

Paula dijo...

Siempre existe más de una salida, pero no podemos cerrar los ojos, hay que mantenerlos bien abiertos para localizar las opciones.
El despertador fue el desencadenante, la excusa, tal vez, el problema tenía que venir de más atrás.
¡Pobre madre!
(Vaya forma que he tenido de empezar el lunes, chiquillo)

Yopopolin dijo...

si es cierto que el despertador fue el desencadenante solamente... seguro que habia otra salidas... el verdadero angel sigue en su habitacion en estos momentos, sin que su madre pueda hacer nada para salvarle... Es una historia cercana, de unas cuantas casas mas alla...que siempre he sabido, y me decidi a plasmarla aqui... Como os digo lo unico distinto que he añadido, y que ojala nunca se traslade a la realidad, es el tragico final. Si en la realidad s eproduce un desenlace mas feliz, os lo hare saber


salu2 a to2!!

La Pequeña Candi dijo...

Uy! Demasiado para mí en un lunes...

P.D: No me he olvidado de "la foto especial", la estoy buscando...

Un beso!

Carlos LABARTA dijo...

Acabo de leer un libro en el que un hobre se encierra tanto en sí mismo que, en efecto, podría decirse que se entierra en vida, descontento con su vida y porque ha descubierto que su extremada introspección le concede imaginariamente, la concesión a todos sus deseos... Es intrigante e interesante y pone tantas cosas de manifiesto que asusta. Asusta pensar que haya quien sin llegar a tales extremos, se hunda tanto, que no pueda salir de pozos psicológicos tales, que sesguen el día a dá en sus vidas, con todo lo que ellas puedan tener de problemático o dificil, pero es que eso también las imposibilita para lo bello, para lo real... El hecho queprodujo a este personaje llegar a ese extremo es no querer reconocer que no sólo no era feliz sino que no estaba haciendo feliz a su pareja, e involuntariamente se fue apagando a los demás, apra quedarse encerrado en sí mismo, como un efecto nevera, con sólo una propia luz dentro...
Sí, la vida es así de HP, que puede cambiarnoslo todo con cualquier insignificante anécdota...
Un saludo
Cuánto tiempo, no?
Me alegro de volver!

Yopopolin dijo...

si, carlos, estabas desaparecido... xD. me alegra que estes de vuelta...
y me podrias decir el titulo del libro del que hablas?? me gustaria echarle un vistazo!

salu2

Carlos LABARTA dijo...

El libro es de una autora murciana que se llama Lola López Mondejar, Una Casa en La Habana...

Anónimo dijo...

¿Eran sus sueños? ¿o lo que esperaban de el? cuando se tiene un sueño no es fácil renunciar a una segunda oportunidad y esto me sueña a presión, o quizás a una depresión de la que no fue capaz de escapar.

Triste historia genialmente contada, saludos.

Mar de Luna dijo...

Es curioso como un detalle tan insignificante como en este caso que no sonara el despertador puede hacer que tu vida cambie del todo y te hundas tanto que la única salida que te quede sea saltar.
Espero que ese Ángel real no acabe así pq su desgracia terminará ahi, pero no la de su familia (lo se por experiencia)
Un besazo!

Alas dijo...

Im-pre-sio-nan-te

Kane dijo...

Dios mío, es increíble. Es cierto, hay determinados momentos de los que dependen muchas cosas, pero la clave está en que, si fallan, debes luchar para corregirlo. Lo malo es cuando fallan y te rindes, porque puedes empezar a caer y caer y acabar en un hoyo muy profundo.

Vaya historia real.

lunares dijo...

pues si, yo tambien espero que el verdadero Angel no acabe asi...
Besets..

Ailën dijo...

Uf, dura la historia de Ángel... porque un despertador siempre es la gota que colma el vaso. Unas veces el agua va limpia, otras sucia...
Nosotros este año estuvimos a punto de perder esa oportunidad... debido a la huelga de camioneros y el hecho de que tengamos que acercarnos del pueblo para llegar a las sedes de selectivdad (pero por suerte mi madre sabía un atajo con menos tráfico y sin caminones), y no sé cómo me habría tomado el no poder hacerla en su momento.

No puedo prometer pasarme muy frecuentemente... pero se intentará. Parece que a altas horas de la noche me viene más la inspiración (serán los retales de sueños que pululan por ahí) y como me temo que este año tendré bastante de eso... =)

Besos!

Yopopolin dijo...

como decis, lo mas importante es que el verdadero angel nunca decida acabar con sus problemas intentando desplegar sus alas... espero que su madre pueda algun dia verle feliz, llevando una vida normal...

salu2 a to2