6 de marzo de 2012

Inolvidable ruta por el norte de Italia

Ya hace más de cuatro meses que tuve la oportunidad de descubrir el norte de Italia, como ya os había dicho aquí, la mayor parte de lo que me quedaba por conocer de tan magnífico país. Pues bien, como dicen que más vale tarde que nunca, y como a este paso se van a juntar mis aventuras por Italia con el próximo viaje, hoy me he decidido a resumir en cuatro pinceladas las maravillas de cada una de las ciudades que visité. Podría formar parte de una nueva sección de Yopo guía turístico! xD

Milán:

Primer lugar de destino. Una ciudad muy contaminada, es cierto, se nota en cada calle y casi en cada bocanada de aire, pero al mismo tiempo una ciudad muy sorprendente. En cada rincón descubrías algo llamativo, preciosos parques, señoriales casas, monumentos desconocidos que merecían ser fotografiados. Y llegamos a la joya de la corona, su Duomo que aparece fotografiado a la izquierda. Sin lugar a dudas es la catedral más bella que han podido ver mis ojos. Para mí mucho más bonita que la de Notre Dame, más imponente y espectacular, aunque cada una tiene su estilo. Pudimos subir al tejado, y ver de cerca las gárgolas de la catedral, los miles de pináculos y esculturas que no dejan indiferente a nadie, es sencillamente impresionante. Las galerías de Vittorio Emmanuelle son un regalo para la vista, con mosaicos en el suelo y tiendas de lujo que te transportan al Milán más esplendoroso. El teatro de la Scalla o el Castillo de Sforcesco hacen de Milán una ciudad muy completa para el turista.

Lago di Como:

A escasos kilómetros de Milán se encuentra el conocido Lago di Como. Frecuentado por estrellas Hollywoodenses, el Lago di Como es un remanso de paz y tranquilidad, con hermosas casitas encaramadas a los lados de la montaña. Estuvimos en la ciudad de Como, pequeña pero acogedora. Luego tomamos un barco que nos dio un paseo por el lago, hasta el pueblo de Bellagio, uno de los más típicos de la zona, con casas de cuento y calles empedradas que nos transportan al pasado, hermosísimo! Terminamos la visita en Varenna, el pueblecito que aparece en la foto, un lugar con mucho encanto en el que degusté las mejores pizzas de todo este viaje a Italia!

Turín:

Turín fue una de las ciudades que más me gustó. Torino, que así es como la llaman los italianos, es una ciudad elegante y majestuosa, una ciudad típicamente italiana en sus construcciones, pero con todo el encanto imperial. El Palacio de Madama es uno de los referentes, con su fachada barroca en contraste con su parte de atrás medieval. El Palacio Real, o el Borgo Medievale hacen de Turín una visita excepcional para el turista. Pero sin duda, el símbolo de Turín es la Mole Antonelliana que os dejo a la izquierda, silueta inconfundible en el skyline de  la ciudad, con permiso de los Alpes, que se presentan majestuosos a escasos metros de la ciudad.

Génova:

La ciudad de Génova fue todo un descubrimiento. Tiene el encanto de la Italia más tradicional, y un punto decadente que la hace más especial si cabe. En Génova destaca el Puerto antiguo, en el que Renzo Piano, célebre genovés, proyectó Il Bigo, una maravilla de la arquitectura contemporánea que alberga una plaza cubierta y un ascensor panorámico. Otros monumentos llamativos son el Duomo o la casa natal de Cristóbal Colón. Pero sin duda, uno de los rincones más especiales es el pequeño pueblo de pescadores de 'Boccadesse' que veis a la derecha, con una pequeña playa de guijarros que se abre paso entre las callejuelas de un humilde barrio de casas rojas y amarillas. Un lugar de ensueño con vistas al mediterráneo, dónde vivimos uno de los momentos más agradables del viaje.

Venecia:

Como ya os había dicho, Venecia era un reto. Pude conocerla hace unos cuantos años, y redescubrirla ahora fue todo un acierto. No obstante, no acabo de encontrarle la majestuosidad que muchos dicen que tiene. Me parece una ciudad mágica, diferente y acogedora, eso desde luego. Esta vez pude ver la zona de Rialto con calma, darme varios paseos por el Gran canal, y disfrutar mejor de San Marcos y el imponente campanile. Dedicamos mucho tiempo a callejear y a perdernos (nunca mejor dicho) entre sus casitas desconchadas y sus cientos de puentes.

Bolonia:

La ciudad roja supuso la visita más fugaz de todo el viaje. Tampoco tiene muchas cosas que ver, simplemente disfrutar de un agradable paseo por esta peculiar ciudad medieval. No nos fuimos sin probar la decliciosa mortadella y la salsa boloñesa, que en realidad allí se llama al ragú! A destacar la Piazza Maggiore, con la increíble fuente de Neptuno, así como el Palacio Re Enzo, y la gigantesca basílica de San Petronio, que hacen del centro de la ciudad una especie de viaje al pasado. También están muy cerca las torres medievales Asinella y Garisenda, la primera de ellas visitable. Subiendo más de 500 escalones se accede a lo más alto de la torre, desde donde se divisa la hermosura de la ciudad roja.

Hasta aqui el viaje. Eso fue todo lo que dio de sí el norte de Italia. Creo que Italia, después de España, es el país que mejor conozco... y siempre queda algo que ver en tan histórico país. Espero que sirvan de algo mis recomendaciones y recorridos a los que vayan a viajar. Y por supuesto, nos vemos en el próximo destino, más pronto que tarde! ;)

3 comentarios:

Pecas dijo...

Amo Italia. Pienso lo mismo que tú de Venezia, de hecho, lo que más me gustó de ella fueron las islas que hay a su alrededor: Murano, Burano y Lido. Sobretodo Burano y Murano tienen una explosión de colores que le da un toque especial a todo aquello, me gustaron mucho esas islas.

¿Y en el Lago di Como no cogisteis el teleférico que te subía a Brunate con sus impresionantes vistas del lago?

Me ha gustado mucho tu recorrido italiano, me ha hecho recordar parte del mío :)

bea dijo...

La bella Italia! precioso recorrido el que te marcaste meses atrás, lástima que hayas tardado tanto en contarlo! jiji

besos!

Yopopolin dijo...

Pecas, que va! no pudimos subir el funicular de Brunate por falta de tiempo, lo de siempre. De todos modos el Lago di Como se convirtió en uno de los mejores destinos del viaje, sin duda! :)

Bea, pues sí! toda la razón del mundo... se me ha ido pasando, y ya no podía postergarlo más! no podía!!! jajajaja