Crêpes

Desde que estuve en París soy adicto a las crêpes, esas finitas tortas que se rellenan de todo lo habido y por haber, y que están tan sumamente buenas! Bien es cierto, que desde que volví no las he probado tan ricas como las del país galo, pero las de aquí se le acercan!

El año pasado, abrieron aquí una crepería en pleno casco histórico de León, un pequeñísimo habitáculo donde te las hacen delante de tus narices, y te las sirven para llevar. Tiene más de 200 tipos de crêpes, dulces y saladas. Tal es la variedad, que cada vez que cojo una, me cuesta varios minutos decidirme! xD.

Resulta que últimamente, cada vez que paso por delante, no me puedo resistir a saborear una. Ayer mismo me comí una a las tantas de la noche, de chocolate puro, de ese negro negro, que me supo a un trocito de cielo! Las saladas constituyen verdaderas comidas completas, puesto que llevan hasta cinco y seis ingredientes. Aún recuerdo la de tres quesos, tomate, huevo y pavo de la semana pasada, por dios, qué delicia! Necesito YA una crepera, o como quiera que se llame...

Y es que precisamente ese es mi gran problema: No sé hacerlas! La masa de la crêpe sí, pero luego en mis sartenes no quedan bien. Lo he intentado varias veces y siempre se me acaban rompiendo, pegando, doblando... vamos, un momentazo cocinillas que siempre ha terminado fatal. De sabor están buenas, pero luego es imposible pasar a la fase de rellenado, puesto que tiene agujeros, están rotas, etc, etc. De modo que si alguien me puede dar algún truquillo para hacer buenas crêpes en sartén, o cualquier otra recomendación, me vendría muy bien, a ver su por fin lo consigo! Si no me tendré que comprar una crepera, o coger la que ofrecen los del banco, que con tan solo 2 millones de puntos, puede ser mía! xD

Día en una cueva

Tras pasar la noche en una cueva hace un par de años, a modo de coqueto restaurante, hace unos días pude disfrutar de un día en una cueva, esta vez una con todas las de la ley. Una formación kárstica en condiciones, dónde un pequeño río ha ido tallando la roca caliza, y dando lugar a las formaciones más asombrosas y rocambolescas que haya visto nunca.

El lugar elegido para tal hazaña fue la cueva de Valporquero, una cueva impresionante situada al norte de la provincia de León, a la que fui acopañado de Shinichi y otros amigos no blogueros, xD. La verdad es que fue una experiencia asombrosa, el comprobar cómo puede originarse tanta belleza bajo la tierra, cómo puede existir un queso Gruyere en medio de la montaña, ver simas que surgen bajo tus pies que se internan cientos de metros, o esas estalagtitas cuyas enormes puntas se han ido afilando con el paso de millones de años... en definitiva, fue la experiencia más parecida al 'Viaje al centro de la tierra' de Verne, pero sin correr peligros...

Vedlo con vuestros propios ojos en las fotografías, y si no es a Valporquero, id a cuevas cercanas. Nunca imaginé que estas formaciones pudieran ser tan sorprendentes!

Una pequeña gran historia

Acabo de ver la última propuesta de Sony bajo el lema "make.believe", y me ha dejado tan impresionado, que quería compartirlo con todos vosotros. No es más que una mágica y enternecedora historia real, sobre cómo luchar por lo que quieres, sobre la pasión de intentar que tus sueños se hagan realidad. Os pongo en antecedentes, aunque quizás ya hayáis oído hablar de esa pequeña gran historia sobre cómo se fraguó LittleBigPlanet ™, uno de los juegos de mas éxito para la Play Station de Sony. Resulta que uno de los creadores del juego lo dejó todo para embarcarse en la mayor aventura de su vida. Un hombre que trabajaba en la construcción, y que tras varios problemas, pudo al fin realizar lo que siempre había deseado: conseguir que su mayor afición se convirtiera en su trabajo, y ganar dinero diseñando videojuegos. Este es el resumen de la encantadora historia que podéis ver a continuación. No podía ser menos, y un 'pequeño gran planeta'  tenía que tener detrás 'una pequeña gran historia' . En el siguiente video podéis disfrutarla al completo.

 

 

¿Qué os ha parecido el video? Yo creo que es un gran ejemplo para no cesar en nuestro empeño de vivir como verdaderamente queremos, de lograr lo que anhelamos, de hacer realidad nuestras pasiones y deseos.

Por último, y ya que os he hablado del juego, os recomiendo que os paséis por la página de Facebook de Sony donde, además de uniros a la magia de la historia que os he presentado, podéis dar rienda suelta a vuestra creatividad con una aplicación para recrear a los protagonistas de LittleBigPlanet ™, los llamados Sackboys! Son unos muñecos de trapo muy graciosos, y sólo por participar creando uno en la aplicación, podéis entrar en el sorteo de algunos productos Sony, como una televisión BRAVIA, PlayStation 3 o juguetes de Sackboy. Yo he hecho varios Sackboys, y mirad qué bien me han quedado! ¿Cuál os gusta más? ¿El hippie o la de estilo Lady Gaga?

Sponsored Post

Sharing propelled by ebuzzing

¿Compartimos la energía?

Sharing propelled by ebuzzing

Vuelva usted mañana...

La España del vuelva usted mañana, que tan bien describía Larra en el siglo XIX, sigue estando presente hoy en día. Una triste realidad, no por ello menos cierta... Si no me creéis, atentos a este genial vídeo!

París, Je t'aime...

Creo que no hay mejor día para escribir sobre París que el de hoy, cuando hace justo un mes que me encontraba paseando por Montmartre, o haciendo fotos bajo la Torre Eiffel. Fue hace sólo un mes, y parece que fue hace años! (introducir aquí suspirito de nostalgia).

Tras enamorarnos de Estocolmo, y pasar mucho frío en Helsinki, llegamos a París, y con los 15 grados de temperatura que había, nos pareció estar en el cielo! El hostal católico en el que nos alojamos estaba en pleno centro, al ladito del Grand palais, muy cerca de los Campos Elíseos. Nos trataron muy bien los curas, y salvo porque todos los que nos atendían llevaban alzacuellos, y en la biblioteca había biblias a mansalva, el ambiente religioso no era palpable, estuvimos muy cómodos, la verdad. Y respecto a la ciudad, París es maravillosa!

Era una de las grandes capitales europeas que me quedaba por conocer, y no me defraudó en absoluto, pese a las altas expectativas. La homogeneidad de sus casas en tonos blancos, la belleza de sus edificios emblemáticos, y la cantidad de monumentos, iglesias, plazas y cosas interesantes que ver, hacen de París una de las ciudades más bonitas que he visto.

Empezamos por la típica Torre Eiffel, recorrimos el Campo de marte, y nos acercamos a Trocadero, desde donde se tienen unas vistas de la torre sensacionales. Con las colas que había, desistimos de subir, puesto que habría unas 300 personas, sin exagerar...

Recorrimos los Campos Elíseos desde el Arco del triunfo hasta la plaza de la Concordia, y paramos a tomar un café en Ladurée, mítico café donde también degustamos los mejores macarrons de París, o eso dicen! De ahí a Tullerías y el Louvre, inmenso museo que con su pirámide acristalada es uno de los mayores puntos de atracción. Además pudimos disfrutar de la gratuidad de la entrada a todos los monumentos pertenecientes a Patrimonio Nacional, por tener menos de 26 años, era ahora o nunca! xD. El Museo Rodin, el Arco del triunfo, el Palacio de Versailles, el Museo d'Orsay o Los inválidos nos salieron gratis! También el Louvre estaba incluido, aunque no entramos por falta de tiempo.

A pesar de que el Louvre sólo lo vimos por fuera, nos dio tiempo a culturizarnos de lo lindo, puesto que sí le dedicamos tiempo al Museo Rodin, que cuenta con grandes esculturas como El pensador y El beso; así como al Museo d'Orsay, una antigua estación de ferrocarril reconvertida en museo, con grandes obras impresionistas.

Y es que en cultura esta ciudad no se queda corta... las innumerables y hermosas iglesias que salpican cada rincón de París, son un lugar idóneo para pasar unos minutos de tranquilidad. La mayoría de ellas parecen catedrales de lo imponentes que son. Me dejó muy impresionado este hecho, que surgiera detrás de cualquier esquina, un retazo de neogótico, en forma de iglesia descomunal.

Por no hablar de Los inválidos, donde se encuentra la tumba de Napoleón, un gran lecho de mármol rojo, en una cripta bajo la cúpula dorada de la basílica. O la inolvidable Notre Dame, en la isla de la cité, el corazón de París, con esa apabullante catedral, mucho más hermosa al natural que en fotografías. A un paso, el barrio latino, y su mezcla de olores y sabores, donde cenamos como nunca.

Y no se me puede olvidar Montmartre! El Sacre coeur, la plaza du Teatre, quizás la más bohemia del mundo, donde artistas y caricaturistas se pasan el día pintando bajo el sol. Hicimos un recorrido al atardecer por muchas callejuelas de Montmartre, disfrutando de cada rincón, cada vista, cada paso... hasta llegar al Moulin Rouge, el molino más famoso del mundo, sin duda.

Lo último que visitamos de París fue el cementerio de Père Lachaise, donde están enterrados algunas de las personalidades más importantes de la cultura internacional, como Molière, Chopin, Jim Morrison, Oscar Wilde o Édith Piaf. Posiblemente el cementerio con más encanto que he pisado jamás.

París ya lo dejábamos atrás, y para rematar el viaje, antes de llegar a territorio español, nos acercamos a Versailles, donde su palacio y sus extensos jardines, destacan sobre todo lo demás. Lo vimos deprisa y corriendo, porque andábamos con el tiempo justo para coger el avión, pero nos dio tiempo a ver la galería de los espejos, una enorme sala de espejos, con decenas de lámparas pendiendo del techo, frescos por doquier, y paredes doradas que, sin miedo a redundar, pusieron el broche de oro a un viaje memorable.

.

Quiero...

Quiero volver a escribir, abrir mi corazón con el bisturí de la incoherencia, con cada letra adormecida en mi regazo de inconsciencia, hablar de sentimientos pasados, emociones presentes, e ilusiones futuras. Dejarme llevar por el trazo de la pluma... escribir, contar... sin saber a ciencia cierta si lo que plasmo en el papel es realidad, o tan sólo un difuminado recuerdo. Narrar, aprovechar cada línea como antes, demostrar que la inspiración fugada ha vuelto para quedarse entre las sábanas.

Quiero hablaros de mi, de lo que siento, y no sólo de lo que hago o de lo que pienso. Quitarme la armadura que roza mi coraza anterior, que me hace más bien que daño, pero que ya no puedo llevar. Porque no quiero. Estoy feliz por quitar peso, deseando quemar la basura que tiré antaño, deseando volver atrás aunque no sepa, en un viaje en el tiempo en el que se me permita olvidar, únicamente para darle cuerda a mis entrañas, y comenzar a oír el tic-tac de nuevo.

Quiero confesar todo lo que me atormenta, sacar el veneno que su sonrisa inyectó en mi cabeza, poder olvidar cada sueño infundado con cada bocado de realidad, con cada insólita mirada de esa extraña, que por fin vuelve a hacer latir mi corazón.

Quiero, pero no puedo.

Me gustan los chollos!

Adoro los chollos, y difícilmente me puedo resistir a ellos, incluso cuando el objeto en cuestión no lo necesito. Pero es ver algo rebajadísimo de precio, y que me pueda hacer un apaño, y me lo tengo que comprar sí o sí! ¿Rozo la enfermedad? Confío en que aún no...

Lo que más me gusta es cuando veo un chollo que llevaba tiempo buscando, que es lo que me ocurrió el otro día. Últimamente no compro discos, ni DVDs, a no ser que estén de oferta. Es una norma que me he autoimpuesto por la crisis, y salvo que tenga muchas ganas de tenerlo, lo que hago es esperar un año a que baje el boom y verlo más barato, para por fin comprar esa película o ese disco que me gusta tanto. Porque, la verdad, para el ansia ya están las copias piratas de tal o cual cd, o si acabo de ver la peli en el cine, puedo esperarme un tiempo para disfrutarla de nuevo a buena calidad.

El caso es que me pasé por El corte inglés el otro día, sin ánimo de comprar nada, y salí con unos discos y DVDs que llevaba tiempo buscando a precios bajos. A los señores de El corte inglés se les ha ocurrido la gran idea de rebajar miles de discos a tan solo 6 euros!! y cuando digo miles igual me quedo corto... porque salvo las novedades, yo diría que casi todo lo demás estaba rebajado. No sé si sólo ocurre en este centro comercial, o lo han hecho en toda España, pero así sí se puede comprar cultura sin vender un riñón, porque la media de 18 euros por disco me parece un atraco... Pero ahí no acabó la cosa... fui y pagué mis nuevas adquisiciones musicales, y ya me iba, cuando pasé por la sección de cine, y vislumbré un par de películas bastante recientes que quería comprarme, y también a escasos euros cada una! De modo que volví a la caja, intercambié una mirada cómplice con la dependienta, y me lo lleve también...

¿No es maravilloso comprar chollos? Me reconforta saber que he pagado un cuarto de su precio real, que he ganado al sistema y a la mafia de la SGAE por una vez! Y ahora me pregunto... sí con estos precios no pierden dinero, ¿cuanta pasta ganan por cada DVD que se vende a 20 euros?